Creatividad y Defensas maníacas
Publicada el 31/10/2013 por Rodolfo Espinosa y Ricardo Spector
Creatividad
y Defensas maníacas
Rodolfo Espinosa
Ricardo Spector
Ejes para la Presentación: Colegio de
Psicoanalistas, 31 de Octubre de 2013
El título de la presentación tiene más
que ver con el origen de la misma que con su contenido general. La idea de una
tarea conjunta susceptible de ser compartida con los miembros del Colegio,
surgió a partir de comentarios relativamente circunstanciales entre nosotros
acerca de pacientes con marcados rasgos maníacos, a veces con manías clínicas,
que habían obtenido logros significativos a través de producciones
“artísticas”.
Nos pareció que había diversas líneas
de abordaje de la cuestión de apariencia muy diversa, pero que podrían
eventualmente enriquecerse mutuamente y generar algunas ideas nuevas. También
pensamos que podía resultar valioso intentar recrear ante y entre todos los
diálogos que fuimos enhebrando al procesar el trabajo.
Presentaremos un caso y algunas
referencias clínicas. Les anticipamos algunos párrafos de los textos que
comentamos en nuestras discusiones, y que retomaremos con ustedes.
“Una parte del sentimiento de sí es
primaria, el residuo del narcisismo infantil; otra parte brota de la
omnipotencia corroborada por la experiencia (el cumplimiento del ideal del yo),
y una tercera , de la satisfacción de la libido de objeto.” Freud, Introducción del narcicismo, T
XIV, pág 97
“Ahora bien, el poeta hace lo mismo que
el niño que juega: crea un mundo de fantasía al que toma muy en serio , vale
decir, lo dota de grades montos de afecto, al tiempo que lo separa tajantemente
de la realidad efectiva. Y el lenguaje ha recogido este parentesco entre el
juego infantil y la creación poética llamando “juegos” (“spiel”) a las
escenificaciones del poeta que necesitan apuntalarse en objetos palpables y son
susceptibles de figuración , a saber : “lustspiel” (comedia); literalmente
juego de placer, “trauerspiel” (tragedia); (juego de duelo), y designando
“shauspieler” (actor dramático); el que juega al espectáculo, a quien las
figura. Ahora bien, de la irrealidad del mundo poético derivan muy importantes
consecuencias para la técnica artística, pues muchas cosas que de ser reales no
depararían goce pueden, empero, depáralo en el juego de la fantasía , y muchas
excitaciones que en sí mismas son en verdad penosas pueden convertirse en
fuentes de placer para el auditorio y los espectadores del poeta.
En virtud de otro nexo , nos
demoraremos todavía un momento en esta oposición entre realidad efectiva y
juego. Cuando el niño ha crecido y dejado de jugar, tras décadas de empeño
anímico por tomar las realidades de la vida con debida seriedad, puede caer un
día en una predisposición anímica que vuelva a cancelar la oposición entre
juego y realidad. El adulto puede acordarse de la gran seriedad con que otrora
cultivó sus juegos infantiles y, poniéndolos en un pié de igualdad con sus
ocupaciones que se suponen serias , arrojar la carga demasiado pesada que le
impone la vida y conquistarse la elevada ganancia de placer que le procura el
humor.” Freud: El creador literario y el fantaseo (1909). Tomo IX
“Tanto el juego como la experimentación
científica dependen de la capacidad para formar símbolos. Para formar símbolos
uno debe preservar la distinción entre el símbolo y lo simbolizado. Uno no debe
sentir que las fantasías toman el control y dominan los objetos en los que se
las proyecta, y el mundo externo no debe dominar o tomar control sobre el mundo
interno de la fantasía. Cada uno tiene su propio dominio, y el dominio de cada
uno debe ser respetado para que el juego o la experimentación científica sean
posibles. Dicho de otra manera, los mundos interno y externo deben ser
autónomos uno del otro para que el juego y la experimentación científica sean
psicológicamente posibles.
Estas consideraciones se aplican
también a la relación entre realidad interna y externa en la creación
artística. Hanna Segal ha mostrado un aspecto de esto en su trabajo sobre
“Delirio y creatividad artística” (Segal 1974) donde ella usa el material de la
novela de William Golding La construcción de la torre (The Spire) para
investigar la naturaleza de la creatividad. Es un trabajo fascinante que no
espero poder resumir aquí, pero me gustaría mencionar una parte de él que se
refiere directamente al problema del pensamiento simbólico. La novela ocurre en
la edad media y su protagonista, Jocelin, es el edeán de una catedral que sueña
con agregarle a esta una pesada torre. El reclama que la torre reflejará la
gloria de Dios, pero a partir de la historia se hace claro que es su propia
gloria la que él quiere que ésta refleje (planea tener su propia imagen en los
cuatro lados de la torre, y compara la estructura terminado con el cuerpo del
hombre, con la gigantesca torre
elevándose desde la parte media).
Jocelin no puede construir la torre sin
la ayuda de un maestro constructor, Roger Mason, que se niega a cooperar porque
no cree que la estructura soporte; los cimientos de la catedral son demasiado
débiles para sostenerla. La excavación prueba que el constructor tiene razón,
pero esto sólo fortalece la decisión de Jocelin de proseguir.
EL contraste entre Jocelin y Mason, es
el que se da entre el narcisismo delirante y el realismo sobrio. Pero es
también un contraste entre esterilidad y creatividad. Jocelin reclama que la
torre es una expresión de amor por su objeto- Dios- pero es claro que él mismo
se ha identificado con Dios y que la torre es una expresión de su amor por una
imagen idealizada de sí mismo. El es incapaz de construir nada real , sin
embargo, debido a que sacrifica su percepción de la realidad con el fin de
mantener sus delirios narcisistas. Como la catedral su sistema delirante carece
de cimientos en la realidad. La visión de Roger
Mason de lo que puede hacer está constreñida a la realidad , y es por ende
mucho más modesta , pero, a diferencia de Jocelin es capaz de crear algo real.
Hanna Segal apunta aquí a que el
artista debe reconocer y respetar la autonomía de su medio, sus reales
potencialidades y limitaciones, para que su trabajo resulte una real expresión
de su mundo interno. Por “autonomía de su medio”, me refiero a que sus
materiales tienen cualidades a las que sus fantasías para si van a alcanzar
expresión artística en el mundo real. Si el artista no puede mantener en algún rincón de su mente la
diferencia entre lo que desea hacer y lo que su habilidad y materiales le
permiten hacer , su trabajo no podrá realizarse , porque carecerá de base en la
realidad.” Robert
Caper, Juego, creatividad y experimentación. Cap 8 de A mind of one’s own.
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“La interacción entre el self
narcisista , el yo , y el superyó determina los rasgos característicos de la
personalidad y , por lo tanto, es instintivamente considerada, más que
cualquier otro atributo de la personalidad, como la piedra de toque de la
individualidad o la identidad de una persona. (Resulta difícil encontrar en
psicoanálisis un lugar adecuado para el concepto de “identidad”, puesto que,
anfibológicamente, resulta igualmente aplicable en la psicología social y en la
individual. Bajo tales circunstancias, parece justificado preferir un enfoque
empírico de un área vagamente delimitada por el uso impresionista del término
y, de hecho, dicho enfoque ha dado lugar
en algunas ocasiones (véase, por ejemplo, Kramer) a hallazgos esclarecedores,
sobre todo en el campo de la psicopatología) En muchas personalidades
destacadas, ese equilibrio interno parece estar más dominado por un self
narcisista bien integrado (que canaliza los impulsos) que por el ideal del yo
(que los guía y los controla). Churchill, por ejemplo, repitió una y otra
vez<, en un campo cada vez más amplio , la hazaña de surgir airoso de una
situación de la que no parecía haber salida por medios corrientes. (Un ejemplo
de ello es su famosa huída durante la guerra de los Boers). No me sorprendería
descubrir que, en lo más profundo de su personalidad, abrigaba la convicción de
que podía volar y así escapar en los casos en los que las formas corrientes de
locomoción eran imposibles. En el volumen autobiográfico My Early Life describe
los siguientes hechos. Durante unas vacaciones en el campo, intervino en un
juego en el que lo perseguían un primo y un hermano menor. Mientras cruzaba un
puente sobre un precipicio se vio atrapado por sus perseguidores, quienes
habían dividido sus fuerzas.” .. La captura parecía inevitable”, escribió, pero
de pronto se me ocurrió un gran proyecto “, Contempló las árboles jóvenes
debajo del puente y decidió saltar y colgarse de una de sus ramas. Hizo
cálculos y meditó. “En un segundo , me había lanzado al vació”, continúa
Churchill, “abriendo los brazos para aferrarme a la copa del árbol”. Estuvo
tres días inconsciente y más de tres meses obligado a permanecer en la cama.
Aunque es evidente que en esta ocasión la fantasía grandiosa inconsciente que
lo impulsó no estaba aún completamente integrada , ya se había iniciado la
lucha del yo razonador para dar cumplimiento al anhelo del self narcisista de
modo realista. Afortunadamente para él y para la civilización cuando alcanzó la
cumbre de sus responsabilidades, el equilibrio interno ya se había modificado.”
Heinz
Kohut, Formas y Transformaciones del narcicismo: Revista de Psicoanálisis nº 2
tomo XXVI año 1969 página 384.
“Características de la defensa maníaca:
Ha llegado el momento de hacer un examen más
minucioso de la defensa maníaca. Sus
características son la manipulación omnipotente
o bien el control y la devaluación despectiva; se organiza con respecto a las
angustias propias de la depresión, la cual es el estado de ánimo resultante de
la coexistencia del amor y la voracidad o gula por una parte y el odio por otra
dentro del marco de las relaciones entre los objetos interiores.
La defensa maníaca se manifiesta de diversas
maneras, distintas aunque interrelacionadas; a saber:
- Negación de la realidad interior.
- Huida desde la realidad interior a la realidad
exterior.
- Mantenimiento en «animación suspendida» de la
gente que hay en la realidad interior.
- Negación de las sensaciones de depresión -es
decir, la pesadez, la tristeza- por medio de
sensaciones específicamente opuestas: ligereza,
buen humor, etc.
El empleo de casi cualquier par antitético en la
tranquilización contra la muerte, el caos, el misterio,
etc., ideas que pertenecen al contenido de
fantasía de la posición defensiva.
D. Winnicot, La defensa maníaca (1935).